Alba Castrillo: “Se me ocurren pocas actividades sociales más seguras que una actuación”

Alba Castrillo lleva una década entre las bambalinas del escenario de la cultura. Se describe como hija de una Bestia Parda, melómana y titiritera. En plena pandemia que ha azotado con fuerza a todo el sector cultural, Alba ha organizado un festival en la Montaña Palentina. ‘En un lugar del Norte’ es un ciclo de conciertos y actuaciones que reúne a artistas y grupos como Dr. Sapo, Vanesa Muela, Chelo Submarine, Mara Barros y Pedro Pastor en la localidad palentina de Cervera del Pisuerga.

Es así como Alba ha intentado dar luz a un momento oscuro. A través de actuaciones de calidad ha demostrado que en las zonas rurales también “puede hacerse cultura”. Además, hablamos sobre el futuro de Castilla y León, la situación del sector cultural a raíz del covid-19 y sus proyectos como la creación de un espacio cultural en la Montaña Palentina.

¿Cómo describirías el festival ‘En un lugar del Norte’?

En Un Lugar del Norte es un proyecto que pretende traer a algún lugar de la Montaña Palentina, en este caso Cervera de Pisuerga, conciertos y actuaciones de calidad, de artistas con una carrera consolidada o promesas emergentes que aún no han pasado por nuestra tierra. Es una manera de descentralizar las giras y demostrar que en las zonas rurales también se puede hacer, como en las capitales, cultura.

¿Cómo surge la idea de crear un ciclo de conciertos y espectáculos en la ‘España Vaciada’?

La idea surge en realidad hace ya unos cuantos años. Yo llevo unos diez años en Madrid moviéndome en “el mundo de la farándula”, trabajando o saliendo de fiesta con artistas que admiraba desde hace muchísimo y que veía como seres inaccesibles a alguien como yo, que venía de un pueblito y de una familia humilde. De repente algunos de mis mejores amigos era gente a la que mi padre me había llevado a ver en concierto de pequeña o que en casa veíamos por la tele. Esto me cambió el chip y me di cuenta de que si esta gente no había pasado con sus actuaciones por nuestra zona era porque nadie se lo había propuesto. Los músicos, los actores, los presentadores, como cualquier persona, están encantados de trabajar donde sea, siempre que las cosas se hagan bien. Aquí estaba un poco el problema, alguien particular no puede hacer un ciclo como En un lugar del Norte si no tiene apoyo institucional o algún tipo de patrocinio. La idea, básicamente, era enseñar a artistas la Montaña Palentina y a la gente de la Montaña Palentina a artistas de calidad, que pueden gustar más o menos, pero que tienen una profesionalidad asegurada.

¿Qué medidas habéis adoptado debido al COVID-19? ¿Es posible una cultura segura?

La cultura es segura igual que lo es cualquier otra actividad que cumpla con todas las recomendaciones, diría casi que, hasta más segura, ya que se nos exigen unas condiciones muy estrictas. El ciclo se hace al aire libre (salvo días de lluvia), con aforos acotados, público sentado, distancia de seguridad, mascarilla durante todo el evento y uso de gel hidroalcoholico en la entrada. Se me ocurren pocas actividades sociales más seguras que una actuación de este tipo.

Los conciertos y espectáculos están teniendo lugar a lo largo de julio y agosto, ¿cómo está siendo la acogida por parte del público?

La acogida del público está siendo espectacular. Hemos hecho pleno prácticamente en todos los espectáculos y en algunos incluso hemos tenido que dejar a público fuera. Todos cumplen las medidas a rajatabla y, por ahora, no ha habido ninguna queja. Estamos todos muy contentos con cómo están yendo las actuaciones.

Foto: Actuación de Los Garrapete en el ciclo «En un lugar del Norte»

Además de dirigir el ciclo ‘En un lugar del Norte’, eres gestora cultural, manager y community manager, ¿cómo lograr compaginar todos estos trabajos?

Sí, bueno, en realidad gestora cultural que es en lo que tengo formación engloba casi todo lo demás. Este año, justo antes de la pandemia, había decidido tomarme un descanso de la faceta “manager”, diría que siempre había sido mi trabajo soñado, pero también es un trabajo que desgasta mucho y en el que, si empiezas sola y desde abajo, es difícil hacerte valer. También estaba programando conciertos en dos salas de Madrid y todo era demasiado. La idea de poder aprovechar los contactos y experiencia de estos años para hacer algo por mi tierra me encantaba y andaba justo en eso cuando saltó todo el tema de la pandemia. Estábamos pensando en algo incluso un poco más grande que el ciclo, pero por razones obvias no podía ser y justo surgió la posibilidad de retomar la idea de En un lugar del Norte y ponerla por fin en marcha, así que estoy muy contenta con la oportunidad que me han brindado en Cervera de Pisuerga.

¿Qué consejo ofrecerías a alguien que quiere comenzar a dedicarse a la gestión cultural?

Que se forme y que sea muy paciente. También que “consuma” todo lo posible el sector cultural que le guste: cine, conciertos, teatro, festivales… Se aprende muchísimo viendo cómo se hacen las cosas si sabes mirar bien y, a veces, estar en el sitio adecuado da más oportunidades que cualquier otra cosa. Yo iba a muchísimos conciertos, conciertos pequeñitos que era lo que mi economía me permitía, y ahí conocí a muchísima gente interesante que después fue dándome trabajo. También participaba como voluntaria en todo lo que podía y me interesaba, ferias de arte, festivales…En Titirimundi empecé así, como voluntaria cuando estaba en la universidad, y ahora formo parte del equipo de organización y es, sin duda, una de las cosas que más feliz me hace a nivel laboral.

Foto: Concierto de Lichis en «En un lugar del Norte»

La pregunta obligada: ¿cómo crees que está afectando al sectorcultural el COVID-19?

Pues, pese a que yo personalmente esté viviendo una especie de oasis con el ciclo, en el sector se está viviendo una situación dramática. La sensación es que a la cultura se le exige muchísimo más que a otros sectores y que, como siempre, somos los últimos. Yo no tengo claro que pueda retomar mi trabajo de programadora en Madrid y, lo entiendo si la situación empeora, pero siempre queda esa sensación de desprecio por lo que haces. Además, hay una percepción equivocada en cuanto a lo que se pierde cuando no se hace cultura. Por ejemplo, si no hay rodajes, no son solo los actores los que se quedan sin trabajo. En el sector cultural hay muchísima gente que “estamos detrás”: producción, comunicación, sonido, luces, vestuario, oficinas… Desde luego no pinta bien. Y esto solo en cuanto a lo económico.

¿Qué opinas del panorama cultural de Castilla y León?

A nivel regional creo que hay una oferta bastante amplia, aunque, cuando he trabajado como manager o booker, Castilla y León siempre era una plaza difícil. De todas formas, creo que es más importante llevarlo a nivel municipal, qué hace cada ayuntamiento en cuanto a la cultura y aquí creo que hay mucho que mejorar. Desde mi experiencia he visto unas redes clientelares tremendas en algunos ayuntamientos que hacen imposible que gente joven o con nuevas ideas pueda llevar nada a cabo. Se trata mejor a la empresa de turno que lleva años y años haciendo lo mismo que a las asociaciones juveniles o culturales con ideas frescas y ganas de hacer cosas o a los profesionales que no tienen contactos personales en los ayuntamientos. Esto no es siempre así y hay ayuntamientos que apoyan muchísimo la cultura e incluso aumentan las partidas para esta concejalía y escuchan nuevas propuestas, Cervera del Pisuerga desde luego es uno de ellos, pero muchas veces la línea cultural que lleve el pueblo depende solo de la política de turno que quizás no tenga ni experiencia ni formación en cultura y esto es un fallo tremendo, porque ofrecer cultura variada y de calidad debería ser obligatorio por parte de todos los organismos competentes.

También me gustaría destacar que, aunque se llevan algunas acciones para paliar precisamente esto último, como subvenciones para contratar a técnicos y gestores culturales que sí tengan experiencia y formación, el papel de gestor cultural está muchas veces equivocado y se confunde con el de monitor de ocio y tiempo libre o con el de diseñador, por ejemplo. Creo que el organismo que da estas subvenciones, en este caso la Diputación, debería establecer unas líneas claras y asegurarse de que se utilizan de la manera correcta, sino se está dando una falsa apariencia de apoyo a la cultura que en la realidad no se está produciendo.

Foto: Concierto de «En un lugar del Norte»

¿Qué futuro le depara a los que deciden quedarse, especialmente a las mujeres?

Es complicado. Aunque para el tema de volver al pueblo, la dificultad o diferencia más que en cuanto a si eres mujer u hombre la veo en la edad o en el sector al que te dediques. A mí me encantaría vivir en mi pueblo trabajando de lo que trabajo en Madrid, pero sé que es inviable. Hay que adaptarse un poco y saber dónde estás y qué se demanda para ofrecerlo. También ayudaría mucho que mejoraran las conexiones para poder teletrabajar sin problemas. La calidad de vida es muchísimo mayor en los pueblos y creo que si tenemos que sacar alguna conclusión de la situación que estamos viviendo, esta no tiene discusión. Por otro lado, lo que he dicho anteriormente, más apoyo de las instituciones y no centralizar todas las ayudas en los proyectos (o amigos) de siempre. Dinero por parte de las instituciones hay, pero está poco repartido o, en algunas ocasiones, mal o poco utilizado.

Aunque el COVID haya frenado e incluso cancelado la mayoría de proyectos que venían en los próximos meses, ¿tienes algún proyecto que sí que logrará ver la luz?

Pues ahora mismo estamos con el alma en vilo con Titirimundi, en principio lo hemos aplazado a septiembre y estamos trabajando para que todo se lleve a cabo de una manera totalmente segura, pero todo dependerá de la evolución de la situación.

Por otra parte, me gustaría seguir haciendo proyectos culturales por la Montaña Palentina y tengo confianza en que alguno más saldrá. Y, a nivel más personal y volviendo a esto de reinventarse, tengo un proyecto con mi hermano (el artista José Castrillo) que nos tiene bastante ilusionados. Tenemos en Tarilonte de la Peña una casa-taller con capacidad de alojamiento para 6 personas que queremos convertir en un punto de referencia cultural. Se llama “La Casa de Forja” y el proyecto fue seleccionado como uno de los mejores en el concurso de la Factoría de Industrias Creativas. Ya estamos dados de alta como alojamiento turístico, pero nuestra idea es ofrecer no solo alojamiento, sino cursos de forja, cerámica, pintura o incluso conciertos u otras experiencias como retiros de yoga o gastronómicos, con esa posibilidad de alojamiento en un sitio muy especial en plena Montaña Palentina. Estamos acabando de darle forma y en breve esperamos poder anunciarlo.


Más info:
https://www.facebook.com/En-un-lugar-del-Norte-1397069210599700/