Oliva Cachafeiro: «La perspectiva de género está presente en mi trabajo pero porque también esta militancia forma parte de mi vida cotidiana»

Oliva Cachafeiro es una mujer comprometida y luchadora. Esta gestora cultural y Licenciada en Historia del Arte, que además es en la actualidad la directora del Museo de Arte Africano Arellano Alonso de la UVa (Universidad de Valladolid), comienza desde muy temprano con tareas de investigación que han culminado con la edición de varias publicaciones y, actualmente, se plasman en su blog, dedicado al mundo de la cultura, el arte y el feminismo, “ArribaYabajo [a veces]”

Desde el punto de vista laboral, durante mucho tiempo su trabajo se centró en la educación en museos (como el Museo Patio Herreriano) y salas de exposición (de la Junta de Castilla y León y del Ayuntamiento de Valladolid) . El perfil de Oliva es muy activo. Más allá de su trayectoria profesional, la gestora cultural nunca ha dejado de lado su vinculación con el movimiento vecinal a través de la Asociación Vecinal Rondilla. Esta actividad vocacional se centra tanto en el ámbito cultural como en la reivindicación social en general.

En esta entrevista conocemos un poco más a Oliva Cachafeiro, hablamos sobre cultura, feminismo y sobre sus próximos pasos como nueva directora del Museo de Arte Africano Arellano Alonso de la UVa.

Para comenzar, darte la enhorabuena por tu nombramiento como directora del Museo de Arte Africano Arellano Alonso. Has sido durante más de 10 años has sido Coordinadora en el Museo. Ahora como directora… ¿Qué líneas de trabajo te gustaría implementar? ¿Algún proyecto concreto en mente?

Efectivamente llevo más de 10 años en la Fundación Arellano Alonso, así que conozco a fondo sus colecciones y su evolución. Mi idea es en primer lugar, mantener la programación habitual porque no podemos deternos. Contamos con un programa educativo potente, exposiciones temporales, la exposición permanente por supuesto, colaboraciones habituales con otras entidades… Todo eso debe seguir en marcha. Pero al mismo tiempo mi idea es elaborar un Plan Estratégico. Es preciso, que tras 14 años de exhibición y actividades, en vísperas pues de nuestro 15 aniversario, se haga un análisis de lo hecho, de los resultados obtenidos, de cuáles son los recursos(humanos y económicos) con que contamos y, a partir de
ahí, plantear un proyecto de trabajo ambicioso pero realista.

Además el papel de los museos en la sociedad ha cambiado radicalmente. Ya no son meros lugares de exhibición sino espacios sociales y eso debe reflejarse en las propuestas. Siempre el eje central serán nuestras colecciones pero a partir de ellas debemos acercarnos a la sociedad y fomentar la inclusión, la accesibilidad y el debate en torno a temas actuales.

En el Museo mostráis un arte peculiar, un arte que en España no está muy presente, más allá del Museo Africano de Madrid o en proyectos concretos como Karmala Cultura. ¿Habéis encontrado dificultades por ello?

Hay que enfrentarse sobre todo al hecho de que el acercarse a un museo de arte africano puede dar cierta “pereza”. Es normal, porque no es algo que se estudie ni se difunda, que todo el mundo piense que va a encontrarse con máscaras de madera que ya ha visto un montón de veces. Nuestro primer reto es cambiar esa idea: mostrar la diversidad de materiales, técnicas, estilos y formas. África no es un país, es todo un continente con 54 estados y cientos de pueblos con historias, idiomas, costumbres, creencias y tradiciones diversas y gustos estéticos propios. Por ello el arte africano va mucho más allá de la madera. Además hay que acabar también con el prejuicio de que son pueblos “primitivos”. Las obras presentan un grado de desarrollo y habilidad de los artesanos-artistas equiparable, e incluso superior, al que se estaba dando, por ejemplo, en la Europa de la Edad Media. Una vez que el visitante penetra en nuestras salas, cuando sale, su visión del arte y del continente africano ha cambiado totalmente.

En esta línea, para llegar al público realizáis esfuerzos en llevar a cabo programas educativos en el Museo, ¿Por qué son tan necesarios?

La simple observación de las piezas sin contextualizar (sobre todo en el caso de un arte tan desconocido) haría que la experiencia de visita al museo fuera limitada. Nos quedaríamos en lo estético sin más, lo cual es importante, pero perderíamos todo lo que hay detrás. En África cada objeto tiene una función, se crea para algo, aunque luego se ornamente. Sin un programa de difusión adecuado toda esa información se perdería.

Así que apostamos por un programa didáctico cuyas actividades se adaptan a los intereses y niveles de quien nos visita. Destaco las actividades con personas con habilidades diversas para que puedan ejercer su derecho de acceso a la cultura. De igual forma hemos trabajado con personas con dificultad de inserción, especialmente mujeres, siguiendo una de las líneas del Proyecto Museos+Sociales del Ministerio de Cultura y Deporte del que formamos parte. Y, por último, es muy interesante para nosotras recibir a personas africanas (la mayoría migrantes) o afrodescendientes. En Valladolid no son muy numerosos pero ¿quién mejor para hablarnos de una tradición que sus protagonistas? Nos cuentan cómo se utilizan los objetos, qué significan para ellos y cómo se siente al encontrarlos tan lejos de su tierra natal y además musealizados. Toda esa información nos enriquece personal y profesionalmente porque luego podemos transmitirla a los visitantes y que ellos se acerquen sin prejuicios a la tradición africana.

Como coordinadora has organizado actividades complementarias donde has hecho especial hincapié en los temas de género como #OccupyGender. ¿Planteas continuar con estas actividades? ¿Por qué consideras que es importante la perspectiva de género en el museo (y en general en la cultura)?

Efectivamente la perspectiva de género está presente en mi trabajo pero porque también esta militancia forma parte de mi vida cotidiana. En el caso del Museo siempre intentamos destacar el papel de la mujer tradicional africana. Por eso coincidiendo con algunas conmemoraciones programamos campañas en redes y actividades concretas. Por ejemplo proponiendo recorridos específicos por las salas señalando las representaciones de mujeres (u objetos vinculados con ellas) o visitas temáticas. Destaco especialmente “Reinas y guerreras” en la que frente al rol tradicional de la mujer (hija, esposa y madre) hablamos de grandes mujeres que tuvieron poder social, político e incluso militar. Como también contamos con una colección de arte contemporáneo, incluimos actividades relacionadas con la realidad próxima. A partir de ahí nació OccupyGender. El objetivo era que los colectivos que trabajaban en Valladolid sobre feminismo e igualdad de género se conocieran, que a su vez descubrieran alguna iniciativa de fuera de la ciudad y que de todo ello surgieran sinergias. Tras 5 años la actividad feminista en la ciudad ha cambiado mucho. Por eso creo que es el momento de hacer una reflexión también sobre el proyecto. En su organización colabora Marta Álvarez y entre ambas habrá que repensar hacia dónde queremos ir.

Las gestoras/es culturales tienen la capacidad de transformar el futuro de la cultura. ¿Hacia dónde sería interesante que evolucionase?

Es fundamental tener siempre presente que nuestro trabajo está destinado a un público/visitante, que la función social es prioritaria. La cultura, en general, debe orientarse hacia la participación de todos/as. Fomentar los lazos entre las instituciones y el público potencial es por eso fundamental. Pero además esa cultura debe incitar a pensar, a debatir, a crear… Debe ser activa y no limitarse a convertir a las personas en meros sujetos pacientes de lo que nosotros consideramos que deben visitar/ver. Igualmente a de ser inclusiva, no dejando fuera a personas que por su situación social o económica no puedan acceder a ella. La cultura figura expresamente en la Declaración de los Derechos Humanos y facilitar la participación y el disfrute de la misma es misión básica de un/a gestor/a cultura.

¿Qué opinas del sector artístico y cultural en Castilla y León? ¿En qué situación nos encontramos?

El sector cultural es muy amplio pero pienso que en todo él hay un problema común: la precariedad. Por un lado la precariedad en cuanto a la falta de financiación en el caso de los centros y sectores. El apoyo de las administraciones públicas (local, regional y nacional) en este sentido es fundamental. Pero no hay que olvidar que también las empresas privadas pueden y deben colaborar. La ansiada Ley de Mecenazgo ayudaría, pero ahí sigue esperando. Hay ejemplos de patrocinio, aunque el ser puntuales no permite desarrollar proyectos a largo plazo, con los que verdaderamente se pueden obtener resultados.

La precariedad también se da en el campo de los/las trabajadores/as, con sueldos mínimos y siempre esperando. La incertidumbre que se genera transciende al propio proyecto vital. No es posible hacer planes de futuro. No hay más que leer el ensayo de Remedios Zafra, El Entusiasmo, para comprender lo dramática que puede llegar a ser esta espera y esta lucha cuando amas de verdad el trabajo en cultura.

Vivimos en un momento en el que las mujeres comienzan a ser cada vez más, parte activa del discurso cultural. Sin embargo, aún es patente la infrarrepresentación en el sector. ¿Cómo lo ves desde tu experiencia?

Somos muchas y cada vez somos más, con más visibilidad y capacidad de decisión. Creo que el futuro es positivo en este sentido y que se ve con naturalidad la presencia de mujeres en este sector. Pero no hay que bajar la guardia. Por ejemplo, en el ámbito de las artes plásticas. Basta con leer los informes anuales de MAV (Mujeres en las Artes Visuales) que confirmar las diferencias entre artistas hombres y mujeres en ferias como ARCO. Para contrarrestar esto hay grandes mujeres que están trabajando duro. Quiero citar el ejemplo de Semíramis González, Directora artística de JUSTMAD, que ha logrado en la presente edición de la Feria la paridad. Pero hay muchas más. Por otro lado, los “grandes” museos parecen haber comprendido la necesidad de rescatar las obras de las mujeres, pero hay que estar vigilantes para que no sea una simple moda moda, sino una convicción real y permanente.

Otros campos en los que se observa claramente la discriminación son la música, la danza o el cine. En éste último, la mujer queda relegada al departamento de maquillaje o sastrería pero no se visibiliza el extraordinario trabajo que hacen las directoras jóvenes.

Como directora de uno de los museos más importantes de Valladolid, has logrado atravesar el conocido “ techo de cristal”. ¿Percibes una desigualdad en los puestos de dirección en el arte y la cultura?

La verdad es que yo no he tenido personalmente grandes obstáculos, por ser mujer, para trabajar en el sector cultural. Curiosamente hasta hace poco todos los museos de Valladolid estaban dirigidos por mujeres. Así que la ciudad era casi una excepción. Salvando este caso concreto y personal, quiero ser también optimista. Hay directoras en museos y centros culturales que están haciendo un trabajo extraordinario. Lo que ocurre es que muchas estamos en provincias, y desde la periferia ¡no existes! Los grandes centros nacionales si parecen estar reservados a los hombres pero todo llegará. Hacer un trabajo desde dentro, colaborando todas, creando redes y demostrando nuestra valía hará que de forma natural se llegue a esos altos puestos que por supuesto nos merecemos igual que cualquier hombre.

Tienes un perfil muy activo, ya que a parte de tu perfil laboral, tienes un blog particular dedicado específicamente a conocer a artistas vinculadas con el feminismo o géneros y sexualidades diversas. ¿Nos puedes contar un poco más?

Por desgracia, la falta de tiempo hace que ahora mismo lo tenga bastante olvidado pero no abandonado. Yo soy historiadora del arte. Me encanta investigar, estudiar, descubrir. Y me gusta mucho escribir. El blog me da la oportunidad de unir esas vocaciones. No planifico los temas. De repente un personaje o un evento me llama la atención y decido crear una entrada. Ello a su vez me obliga a indagar, a leer y a buscar. Esa curiosidad no quiero perderla nunca. Y si a alguien le sirve lo que escribo pues mejor que mejor, pero es algo totalmente egoísta. Me relaja, disfruto y sigo aprendiendo ¿qué más puedo pedir?

También colaboras con proyectos como Mujeres Mirando Mujeres o la Asociación Vecinal Rondilla de Valladolid ¿Qué te aportan proyectos como estos? ¿Colaboras en algún proyecto más?

Cuando estudiaba en la Universidad decidí unirme a la Asociación Vecinal Rondilla, mi barrio, que quienes me conocen saben que no paro de mencionar y de ensalzar porque es mi espacio de realidad y de vida cotidiana. Yo creo en que para conseguir cambiar algo, juntxs es mejor. Creo en el movimiento social y asociativo, en las “redes” desde las que se logran los cambios, por eso muchos intentan acabar con ellas y nos llevan hacia un individualismo brutal y deshumanizador. Desde el barrio he aprendido a luchar, a defender lo que creo, a conocer a los otros y a trabajar de una forma muy concreta que trasciende al ámbito laboral: no me gustan las individualidades sino el equipo, la horizontalidad.

Actualmente, formo parte del equipo del proyecto “En junio, la Esgueva”, en el que colaboramos 8 asociaciones vecinales. El objetivo es organizar actividades culturales de calidad (música, danza, teatro, cine, poesía) desde el propio vecindario, y recuperar el espacio público como lugar de encuentro, en estas áreas periféricas. Llevamos ya 9 ediciones y es un
proyecto muy ilusionante.

En cuanto a mi colaboración en Mujeres Mirando Mujeres, es un poco la extensión del blog pero llevado a la realidad. En el primero escribo sobre personas lejanas y aquí puedo presentar a mujeres de mi entorno que están trabajando desde la creación en general por el feminismo. Además he podido entrar a formar parte de una red de mujeres repartidas por un montón de ciudades pero con intereses comunes y eso nos ha hecho conocernos y enriquecernos mutuamente. Y si fuera por mi me embarcaría en más cosas. Pero hay que ser realistas y llegar hasta donde se puede. Aunque si alguien me ofrece algo que me ilusione…, yo me apunto.

Y por último…¿Cuáles son tus últimos proyectos personales? ¿qué podremos ver el Museo durante este 2020?

En espera de ese Plan Estratégico que está en proceso de redacción, he querido dar un impulso a las exposiciones temporales. Para ello han nacido las visitas comentadas con el propio autor/a. ¡Quién mejor para hablar de su obra que quien la ha concebido!

Siempre las redes sociales han sido importantes pero vamos poco a poco a mejorar la web y a ampliar las campañas con nuevos contenidos. Seguirán la música africana de los domingos, las lecturas recomendadas, las “píldoras” sobre las culturas presentes en nuestras colecciones, pero se van a incrementar las lecturas y debates sobre temas generales de los museos en la actualidad. En especial haremos hincapié en el tema de la sostenibilidad y la accesibilidad, coincidiendo con los Objetivos de Desarrrollo Sostenible.

En cuanto a la colección permanente, vamos a intentar dar un impulso mayor al programa educativo, ampliando algunas actividades y, sobre todo, buscando contactos con la comunidad africana o afrodescendiente porque de ellos es de los que más podemos aprender.


++info:
http://www.fundacionjimenezarellano.com/
https://arribayabajoaveces.wordpress.com/