Elia Sánchez: “Las mujeres tendemos a admirar mucho el trabajo de los demás, y quitarle valor al propio”

La historia de Elia Sánchez es una historia de ida y vuelta, de Valladolid a la Central Saint Martins y de retorno a la ciudad del Pisuerga. Elia nos habla de la necesidad de que exista más movimiento en el círculo de artistas, del papel que las ferias y concursos tienen a la hora de dar a conocer a gente nueva, y del trabajo extra (que habitualmente no vemos) de ganarse la vida con el arte.

Abrimos la web de Elia Sánchez y encontramos dos apartados: retratos e ilustración. ¿Podríamos encontrar dos Elias creadoras, o no se entendería una sin la otra?

La verdad es que sí, habría dos creadoras que, de hecho, son incapaces de trabajar juntas. Desde que empecé a dibujar más en serio y con la idea de dedicarme a ello profesionalmente, sentí la necesidad de tener al menos dos estilos, era incapaz de limitarme a una manera de expresarme… ¿indecisión, o tengo demasiado dentro? No sé. Y con el tiempo sí que me he ido fijando en que trabajo a rachas con cada estilo. Tengo meses más meditativos en los que prefiero trabajar a lápiz y centrarme en el detalle, me resulta más mecánico y relajante y meses en los que necesito darle más caña y libertad al cerebro y juego con composiciones y colores.

En lo que a retratos se refiere, es cierto que estas dos modalidades se unen – literalmente-. ¿de qué base partes en cada caso? ¿Te gusta experimentar en tus trabajos?

Siempre me han encantado los retratos. Cuando los hago a lápiz, trabajo a partir de fotografías, las amplío al máximo y me vuelvo loca dibujando pestañas, las diferentes texturas de la piel, el pelo y pequeñas sombras que apenas se ven, pero marcan la diferencia entre que un retrato se parezca a una persona o sea esa persona.
Cuando trabajo con retratos a color, a veces parto de fotos y a veces me invento la cara, depende del caso. Aquí hago más bien un ejercicio de sintetización, no puedo meter tanto detalle sin sentir que vicio el dibujo y trabajo en bloques de formas, colores y sombras. Y casi siempre me vuelvo loca con la iconografía, me encanta meter detalles, a veces más simbólicos y otros más obvios… el caso es volverse loca con algo.

© «George» / «Frida Kahlo». Elia Sánchez Martín

Nos llama la atención también una icónica Frida Kahlo, ¿es ella uno de tus referentes? ¿qué más mujeres a lo largo de la historia del arte y la cultura te inspiran?

Si, Kahlo es un icono, y últimamente terriblemente explotado. Fue el primer retrato que hice en ese estilo, forma parte de una serie de retratos de personajes que de alguna manera han influido en mí. Frida es arte, amor, sufrimiento y resiliencia, le tengo mucho cariño a ese retrato y me da cierta pena que se haya convertido en la lámina que más he vendido con diferencia, simplemente por estar de moda. Hay quién me la ha encargado sin saber si era pintora, cantante o actriz. Si levantara la cabeza…

Hay muchas otras mujeres que han hecho historia que me parecen unas fieras, Hedy Lamarr, Ching Shih, Amelia Earhart, Marie Skłodowska Curie… ilustradoras que admiro muchísimo como Victo Ngai, Laura Pérez, Ozabu, Paula Bonet, Christina Mrozik o Polly Nor.

Pero volvamos a un principio, nacida en Valladolid, con estudios en conservación y restauración de pintura en Madrid… pero de repente, ¿podría decirse que todo cambió en Londres?

Si, supongo que todo cambió cuando tomé la decisión de irme. Cuando terminé la carrera, el poco trabajo que había era precario y tremendamente competitivo y después de estar un tiempo buscando, pensé que ya que tenía que trabajar en otro campo, me iba a Inglaterra y mejoraba el inglés. Como mi trabajo me dejaba bastante tiempo libre, empecé a dibujar y a plantearme hacerlo como profesional. Practiqué muchísimo por mi cuenta y me matriculé en la Central Saint Martins, allí me enseñaron mucho acerca de la profesión, no me desanimó para nada, pero le cogí mucho respeto. Ser ilustradora no iba a ser solo dibujar.

¿Qué experiencia te llevaste de esta ciudad, y de tu trabajo con Bill Wright?

Londres es una ciudad increíble y excitante, hay absolutamente de todo. Si se te ocurre algo, existe. Pero vivir en una ciudad tan inmensamente anónima puede hacerse duro. He crecido muchísimo en Londres, en muchos aspectos, desde luego no sería quien soy ahora sin esa experiencia. Diría que tengo una relación amor-odio con la ciudad, la llevo en mi corazón, pero no volvería nunca a vivir allí. Asistir a las clases de Bill Wright y trabajar para él es sin duda una de las mejores experiencias que me he traído de Londres. Es un hombre eléctrico, siempre buscando algo nuevo o diferente que hacer y pensando cómo transmitirlo a los demás de la manera más creativa y divertida posible.

© Elia Sánchez Martín

Actualmente trabajas como freelance desde Valladolid, ¿con qué tipo de encargos trabajas? ¿Cómo es el proceso creativo?

En realidad llevo algo más de un año completamente desconectada de la ilustración. Volví a España llena de energía y con un montón de planes, y me di con un muro en las narices. Es muy difícil volver a una ciudad que ha cambiado tanto que en realidad sientes que has vuelto a irte de casa y tienes que empezar de cero. Y empezar de cero sin conocer a nadie, sin contactos… tuve que esforzarme muchísimo más que en Londres, y tuve muchos menos resultados. Me empezaba a agobiar tanto que me tomé un tiempo para reflexionar, y he llegado a la conclusión de que me encanta dibujar, pero soy terrible con todo el trabajo extra que conlleva ser ilustradora, me provoca tanto estrés que no me merece la pena. Admiro a quienes son capaces de compaginarlo todo, ser ilustradores, asesores financieros, publicistas… Hay tantísimo trabajo detrás de una ilustración, que el tiempo dedicado a dibujar acaba casi desapareciendo entre el tiempo dedicado a todo lo demás.

¿Qué dificultades ves a la hora de llevar a cabo tu trabajo? ¿Cómo ves el panorama artístico en Valladolid?

Me gusta mi ciudad, y estoy muy feliz de haber vuelto, pero no es de las más abiertas… en Valladolid hay oferta artística para el espectador, pero todo se prepara de puertas adentro, constantemente me encontraba con grupos ya cerrados tanto para exposiciones, como para concursos o proyectos. Si no conoces a nadie en el mundillo, estás fuera.

© «Iris», colaboración para el fanzine 100Grados / Elia Sánchez Martín

Si tuvieras una “varita mágica”, o pudieras transmitirlo a las instituciones, ¿qué ideas se podrían llevar a cabo para potenciar el trabajo de los creadores (y especialmente, las creadoras)?

Sin ninguna duda, creo que es necesario que haya más movimiento, y no solo entre el círculo de artistas conocidos, debe entrar sangre fresca. Hay una corriente común en todas las ferias a las que he asistido tanto como ilustradora como de visitante. Se anuncian como una oportunidad de dar a conocer a gente nueva, pero año tras año se ven a los mismos. Algo falla cuando hay tanta gente genial con ganas y grandes ideas que sigue peleando por hacerse hueco y entrar en ferias o concursos de los que se enteran cuando ya se ha cerrado la convocatoria. Para que cambie, creo que es muy importante mejorar la difusión que se da de esas convocatorias, para que todos tengamos las mismas oportunidades de participar en cosas interesantes.

En tu trabajo, te gusta experimentar con texturas, colores y sombras, ¿hay algún lugar / paisaje que te inspire especialmente?

Si, me encantan los lugares verdes, la vegetación de todo tipo, praderas gallegas, jardines botánicos, invernaderos de plantas exóticas, viveros de cactus… todos me transmiten una energía especial, alucino con los tonos de verde y formas extrañas de las hojas… tampoco quiere decir que tenga que correr a dibujar plantas, pero sí que me renuevan y me dan energía y ganas de dibujar cualquier cosa.

¿Qué queda en ti de aquella Elia que estudiaba restauración y conservación? ¿Es un camino que te gustaría volver a recorrer en el futuro?

La restauración es apasionante y me encantaba, pero no me planteo volver a ello.

© Elia Sánchez Martín

Ahora parece que hay una nueva “ola” de popularidad de la ilustración gracias a Instagram y otras herramientas visuales online, ¿qué relación tienes con ellas, cómo las utilizas en tu día a día?

Creo que las redes sociales pueden ser una herramienta estupenda para darse a conocer, pero hay que ser muy constante, estar siempre actualizado y a la última, requiere mucho empeño y tiempo. Ahora apenas las utilizo, pero he estado muy metida en varios sitios y me he divertido bastante, ofrecen la oportunidad de organizar eventos divertidos con gente de todo el mundo y se aprende muchísimo. Ahora solo utilizo Instagram, más que para publicar mis trabajos, para seguir a otros artistas, hay gente realmente alucinante ahí fuera.

Por último, ¿qué consejo le darías a alguna mujer que quiera dedicarse a la ilustración desde el punto de vista profesional?

No sé si soy la más indicada para dar consejos, si alguien saca algo de leer mi experiencia ya me parece estupendo. Pero sí que hay algo de lo que me he dado cuenta con el paso del tiempo, y que creo que es importante que sepamos detectar. Y es que las mujeres tendemos a admirar mucho el trabajo de los demás, y quitarle valor al propio, rápido solemos a sentir que no somos suficiente buenas, que no estamos preparadas, que no valemos, etc. Es algo que he visto que se repite en muchas mujeres increíbles y tremendamente válidas. Y la realidad es que se suele exigir mucho más a una mujer para llegar al mismo sitio que un hombre, así que si
estamos ahí, es que valemos.

++ Más información:
https://www.instagram.com/eliasanmar/?hl=es

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