Marina Núñez: la transformación de lo simbólico para transformar lo real

Si nuestro mundo es tenebroso y enigmático, más nos vale aprender a manejarnos. Y esa necesidad de cartografías explica por qué rastrean en busca de incoherencias, alienaciones, desasosiegos, desmoronamientos, conflictos, dramas, deformidades, alucinaciones.

– Marina Núñez-

Marina Núñez es considerada una de las creadoras más sorprendentes e innovadoras de las útlimas generaciones de artistas plásticas españolas. Sus obras, muestran lo real desde otro punto de vista. Desde la investigación de las identidades diferentes, de lo otro, lo no oficial crea obras donde las apariencias de normalidad se derrumban, lo cotidiano deja de funcionar hasta que lo de siempre se hace extraño. Marina Núñez recrea una subjetividad desestabilizada e impura para la que la otredad no es algo ajeno, sino que constituye básicamente al ser humano. Y logra abrir una grieta donde la artista palentina busca el cambio. En la grieta donde ya nada es estable ni confortable es donde se produce el cambio. Se cambia nuestra percepción del mundo, nuestra forma de estar en el mundo, nuestro comportamiento en el mundo. Un cambio que pasa por la aceptación de nuestra parte irracional como vía para construir un futuro menos frustrante. De ahí su interés por la alteridad (la locura, la monstruosidad, el universo cíborg) y por los imaginarios no canónicos.

Conversamos con esta palentina, amante de la ciencia-ficción, profesora en la Facultad de Bellas Artes de Vigo, creadora entre pincel y ordenador.

En varias ocasiones has comentado que la literatura es la que te llevó a hacer Bellas Artes ¿Cómo ha sido tu trayectoria?

Yo creo que una muy habitual: me gustaba dibujar y pintar, y ver buena pintura, aunque casi siempre fuera en libros; me gustaba también la narrativa (las novelas, el cine), es decir, contar historias. Así que hice Bellas Artes. ¡Y hasta ahora!

También es conocido tu interés por autorxs como H.P. Lovecraft, F. Kafka, O. Wilde, M. Shelley y la ciencia-ficción en general, ¿Cómo influye este interés con tu dedicación al arte contemporáneo y cómo estos referentes se han ido filtrando en tu discurso artístico?

No creo que influya en que me haya dedicado al arte, no específicamente, pero sin duda lo segundo que dices es cierto, estos y otros autores son referentes que van apareciendo a lo largo de los años en las imágenes, sus atmósferas, sus relatos.

Marina Núñez. Sin título (ciencia ficción), 2010, infografía sobre tela.

También tienes referentes dentro de la pintura, en concreto de la pintura occidental. Me viene a la mente el proyecto Queridas viejas de María Gimeno a través del cual devuelve a algunas mujeres su espacio en la historia del arte. Es una obra que promueve la reflexión sobre cómo y por qué las mujeres decidimos dedicarnos al arte cuando apenas tenemos referentes femeninos. En tu caso, ¿son femeninos algunos de tus referentes?

No podía tener muchas artistas entre mis referentes al principio, porque como es bien sabido estaban desaparecidas de manuales y exposiciones, al menos a los que yo tuviera acceso. Aún así, alguna más popular como Frida Kahlo me impactaba mucho. Hasta que no acabé la carrera y me puse con la tesis no me encontré con las revisiones feministas de la historia del arte, y con tantas artistas impresionantes.

Puedo citar a muchas, por decir algunas, Annette Messager, Louise Bourgeois, Cindy Sherman, Marlene Dumas, Patricia Piccinini… Para mí fue muy importante un referente directo cercano, no es que la conociera, pero la veía hablar en vídeos, y no vivía en Nueva York, sino en Madrid, y es más fácil entonces que sea un modelo positivo a emular: Eva Lootz.

En tus obras, muestras figuras con identidades no normativas que desafían el canon establecido, que amplían esos estereotipos a través de los cuales nos formamos como sujetos. ¿Cómo describirías a esos seres diferentes, aberrantes, monstruos o cyborgs propios de la ciencia ficción y de tu obra?

En cada una de las series puedo hablar de cosas muy distintas: la ambición científica, estados psicológicos, la metamorfosis, el deseo de dejar atrás el cuerpo…

Pero sí que hay algo en común: esos cuerpos mutantes, extraños, nos hablan de una identidad que en muchas ocasiones quiere creer que la otredad es algo exterior a ella,  pero que sin embargo, e inevitablemente, la integra. Los monstruos y los locos no están ahí fuera, tras las fronteras de nuesta piel, no estamos a salvo, y creer lo contrario solo produce embotamiento y transtornos. Es mucho más sano y operativo vivir con nuestros descentramientos y fracturas que ignorarlos.

Son seres con una dualidad entre lo bello y lo siniestro, pero… ¿Qué es lo bello y qué es lo siniestro tras la apariencia? ¿Cuál es el análisis de esta dualidad?

Es muy sencillo de explicar desde un punto de vista, digamos, literario, sin pretender meterme en profundidades filosóficas o psicoanalíticas. En cualquier momento las apariencias de normalidad se derrumban, lo cotidiano deja de funcionar, de repente todo, lo mismo, lo de siempre, se hace realmente extraño, y somos incapaces de verle el sentido que cinco minutos antes estaba claro, en las apariencias impecables se abren grietas que poco a poco se agigantan, y ya nada es estable, ni confortable, ni seguro, y se produce una conmoción.

Estas sensaciones no funcionan si partimos de una imagen fea, grotesca, heterodoxa, solo cuando la fachada es la belleza armoniosa convencional, que atrapa tu mirada para luego llevarla a un lugar inesperado.

¿Qué significan para ti o qué objetivos tienen los cuadros, infografías o vídeos que creas (pura creación, realización personal, comunicación, lanzar un mensaje…)?

Si no los viera nadie más que yo misma no los haría, me dedicaría a ver las obras de otros, a leer novelas. Así que, en una gran medida, el objetivo es la comunicación. Claro que siempre hay algún tipo de público, aunque solo sea el cercano, en cualquier nivel de visibilidad. Pero es muy frustrante no poder exponer, no poder enseñar dignamente lo que haces, esa es una de las grandes causas de abandono de la producción artística, y es muy lógica.

Marina Ñúñez, La mujer barbuda (Ángela 2), 2017

Sabemos que te gusta más el proceso de investigación y ver la obra finalizada, frente al proceso de creación, pero nos llama la atención cómo a lo largo de los años has derivado a una creación principalmente en el medio digital para crear. ¿Qué es lo que más te atrae del proceso de investigación? ¿Cómo es ese proceso de creación digital?

Sí, además de la comunicación, sin duda también hay un placer en pensar y producir imágenes, al principio imaginándolas, al final, si te parece que funcionan. En el medio… hay menos placer en mi caso, suele ser simplemente largo y tedioso.

Por mucho que me guste la pintura como espectadora, no me ha interesado especialmente ponerme en ese campo nuevos retos formales, de modo que el proceso era solo un camino repetitivo hacia un fin, sin sorpresas.

Con el software el proceso no es diferente, igualmente pienso antes casi definitivamente la imagen, con lo cual no hay apenas azar o encuentros inesperados, pero al manejar varios programas es más variado y, al principio, tiene gracia encontrar el modo de contar lo que tienes en la cabeza, como un problema matemático, es incitante. Y además veo más recorrido circular: al querer hacer una imagen buscas el programa que te lo permita, pero a la vez los programas actuales son tan poderosos y estimulantes que, al ver lo que puedes hacer con ellos, se te ocurren nuevas imágenes.

¿Crees que los distintos medios de creación (digamos la diferencia entre lo analógico como puede ser la pintura y lo digital) influye en la obra?

Sí que influye, en algunas ocasiones el proceso de producción es radicalmente diferente: si por ejemplo un artista hace una pintura expresionista de amplios brochazos, y en cambio con el ordenador mueve ligeramente un ratón, es probable que los resultados difieran muchísimo, aún siendo parte del mismo universo. En mi caso, como muevo el pincel prácticamente igual que muevo el ratón, y no hay grandes cambios en varias cuestiones formales (composición, luz, relación fondo-figura, color…), no varían tanto los gestos o los tiempos.

Vista de sala de la exposición Museo Reina Sofía. Marina Núñez. La locura, 1997

Pero incluso en ese caso, naturalmente, cada medio produce efectos diferentes en el espectador. No puede compararse la cualidad táctil de algunas pinturas con la fantasmagoría de una instalación de vídeos, por ejemplo. Aunque ambas obras hablasen de lo mismo y utilizaran la misma iconografía, similares colores, composiciones, etc, el espectador las percibiría de modos muy diferentes. En arte, la formalización es definitiva.

Tu obra, en muchos aspectos, puede incluirse dentro del discurso feminista ¿Tienes una visión sociopolítica de la práctica artística?

Sí, desde el principio. Las transformaciones en el terreno de lo simbólico, estoy segura, transforman lo real. No es inmediato ni es obvio, pero sucede. El arte cambia nuestra percepción del mundo, nuestra forma de estar en el mundo, nuestro comportamiento en el mundo.

Marina Núñez, Sin título (locura), 1996

Eres de Palencia, aunque imagino que no residas aquí, y has expuesto en varias ocasiones en Castilla y León, ¿Cómo ves la situación de la cultura en CyL, y más concretamente el papel de la mujer en ella?

La verdad es que no la conozco muy bien. El escándalo de injerencia política en el Patio Herreriano está siendo impresentable, una gran vergüenza, espero que concluya pronto y que se saque alguna lección.

Y en cuanto al papel de la mujer… imagino que no será mejor que en el resto de España, con unos índices de como mucho el 25-30% de inclusión de mujeres artistas en cada parcela del sistema del arte (exposiciones, premios, compras, etc). Si consideramos que en las facultades de Bellas Artes ellas son aproximadamente el 70 %, sobran las elucubraciones. Es un verdadero desastre, y no mejora. La voluntad política de aplicar la Ley de Igualdad es inexistente.

Por último, ¿estás inmersa en un nuevo proyecto? ¿qué es lo próximo?

Estoy haciendo unos vídeos para una exposición colectiva en La Alhambra. Con ese escenario, imagina…


Marina Núñez. Exposición Cortes de Castilla y León, Valladolid. 2016. Foto Concha Lobejón.

MINI BIOGRAFÍA DE MARINA NÚÑEZ

Marina Núñez (Palencia, 1966), reside entre Madrid y Pontevedra. Es profesora en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Vigo. Su obra aborda, con gran originalidad, aspectos característicos de la compleja realidad de nuestro tiempo. Representa seres diferentes, aberrantes, monstruosos, que existen al margen o en contra del canon. Los cuerpos anómalos que pueblan sus cuadros, infografías o vídeos nos hablan de una identidad metamórfica, híbrida, múltiple. Recrea una subjetividad desestabilizada e impura para la que la otredad no es algo ajeno, sino que constituye básicamente al ser humano.

Ha expuesto individualmente en centros como el Reina Sofía, La Gallera de la Comunidad Valenciana, la Fundación Pilar y Joan Miró en Palma de Mallorca, el DA2 de Salamanca, la Casa de América en Madrid, el Instituto Cervantes en París, el Musac en León, la Sala Rekalde en Bilbao, la Sala Alcalá 31 de Madrid o la Capilla del Museo Barjola. Además ha participado en exposiciones colectivas como “Transgenéric@s” (1998, Koldo Mitxelena Kulturnea, San Sebastián), “La realidad y el deseo” (1999, Fundación Miró, Barcelona), “Pain; passion, compassion, sensibility” (2004, Science Museum, Londres), “Posthumous choreographies” (2005, White Box, Nueva York), “Identidades críticas” (2006, Patio Herreriano, Valladolid), “Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010”, (2012, Musac, León), “Monstruo. Historias, promesas y derivas” (2013, Fundación Chirivella Soriano, Valencia), “Gender in art” (2015, MOCAK, Museum of Contemporary Art in Krakow, Polonia) o “Naturel pas naturel” (2018, Palais Fesch, Musée des Beaux-Arts, Ajaccio, Corse, Francia), entre otras.

Su obra figura en colecciones de varias instituciones, entre las que se encuentran el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Artium de Vitoria, el MUSAC de León, el Patio Herreriano de Valladolid, la Panera de Lleida, el TEA de Tenerife, el CAAM de Las Palmas, Es Baluard de Palma de Mallorca, la Fundación La Caixa, la Fundación Botín, el MAC de La Coruña, el CAB de Burgos, el FRAC Corse, o la Corcoran Gallery of Art, Washington, DC.

++info: http://www.marinanunez.net/

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