María Gimeno, cuchillo en mano, devuelve a las mujeres el espacio que se merecen en la Historia del Arte.

Conferencia-Performance «Queridas Viejas» // Foto – www.mariagimeno.com

Un día abres los ojos y te das cuenta de que aquello que te enseñaron no está completo, algo le falta, o más bien alguien. Esto le sucedió a María Gimeno con el manual de Historia del Arte de Gombrich. Un manual que ha marcado a generaciones de artistas, creadoras, gestoras, etc. Es un gran libro, un manual esencial. Pero el problema viene cuando buscas referentes mujeres. No las hay, no hay rastro de ellas. Por eso, María Gimeno comenzó a investigar, a buscar y rebuscar. Las encontró, y ahora, cuchillo en mano, las devuelve el espacio que se merecen en la Historia del Arte con su proyecto «Queridas viejas». Para ello, la artista confecciona minuciosamente página a página, maquetando los textos y las obras, y copiando el diseño del libro original. Aunque la obra de María merece una y mil entrevistas y estudios, en esta entrevista nos centraremos en su conferencia/performance «Queridas viejas» que desde Las que habitan consideramos necesaria y que pudimos ver el pasado miércoles 7 de marzo dentro de las jornadas  ‘Mujeres geniales’, organizadas por la Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid y el Instituto de la Mujer para celebrar el 8 de marzo.

El título del proyecto: Queridas Viejas, está inspirado en el libro Old Mistresses, Women, Art and Ideology de Griselda Pollock y Rozsika Parker, ya que su traducción automática de Google es “queridas viejas” (queridas = amantes = mistresses. viejas = old).

Investigando he visto que llevas haciendo la performance «Queridas viejas» desde 2004 y que cada día investigas y recuperas a las mujeres artistas del pasado. Es emocionante y da vértigo el trabajo que aún queda por conocer de todas estas mujeres que nos antecedieron. En la performance literalmente haces hueco a las mujeres en ese manual clásico de Gombrich -que yo también tuve que estudiar. Se entiende perfectamente esa invisibilización que sufren las mujeres. ¿en qué momento de tu carrera necesitaste encontrar a los referentes femeninos? ¿En qué momento eres consciente de que las mujeres artistas no estaban incluidas en este libro tan icónico?

En 2009 fue el momento en el que “desperté”, porque parece que todas tenemos un despertar, de repente un día se te cae el velo, y me di cuenta de que yo era feminista. Y si era feminista, tenía que ser un poco consecuente y formarme a nivel de leer lo que habían escrito otras mujeres y dejar de leer a los hombres, que era lo único que leía: literatura escrita por hombres, teoría de arte escrita por hombres, siempre.

A partir de ese ampliar mi mirada, empecé a dar con una serie de lecturas que me fueron abriendo los ojos cada vez más. Y en concreto “Old Mistresses” de Griselda Pollock y Rozsika Parker. Ese es el libro en el que, creo que es en la segunda página, hacen una revisión rápida de los libros de Historia del Arte, los manuales. Empiezan por el Vasari, que sí que incluye mujeres artistas, un poco de soslayo, pero habla como de 15 o 20 mujeres artistas. Y como, sin embargo, en los manuales del S.XX las excluyen por completo.

Yo ya había hecho una pieza de bordado llamada “Mujeres en el paisaje” que me cuestionaba dónde estaban las mujeres a través de unos bordados que eran unos rostros de mujeres que formaban los distintos paisajes. Me cuestionaba cómo, si estábamos en todos los lados y éramos una parte fundamental, cómo no se nos mencionaba en ningún sitio. De ahí fue cuando surgió “Queridas viejas” que es: ¿Dónde están las mujeres en la Historia del Arte? Y ¿por qué yo no las conozco y por qué no soy ni siquiera consciente de que existen? Me llevó a cuestionarme cómo había querido estudiar Bellas Artes cuando no tenía ningún referente femenino, cuando ninguna mujer lo había hecho antes, según los libros al menos. Y precisamente el otro día me hablaban de la importancia de que para imaginar algo lo tienes que conocer. Yo sin embargo, si imaginaba que podía ser artista, sin conocer la obra de las mujeres artistas. Es una cosa rara. Y cuando decido inervenir el libro de Hisoria del Arte de Gombrich, decidí hacerlo de una manera muy visual, que la imagen de la interveción fuese lo suficientemente clara como para darte cuenta de que en la Historia del Arte no hay ninguna mujer. Y por eso empleo el cuchillo.

En el fondo la Historia del Arte, tal y como la entendemos o nos cuentan en los manuales, es una historia muy lineal. Tiene una cronología y una cartografía y está muy definido. Y dentro de esa línea imaginara, que sería la Historia del Arte, me parece que la incisión del cuchillo es una manera de cortar y hacer hueco a las páginas que no están, que son las mujeres artistas. Además hay un bordado precioso que bordó la reina Mary Queen of Scots, de Inglaterra. Cuando estaba en cautiverio mandó un bordado al Duque de Norfolk para que la rescate. Y le manda un mensaje cifrado en el que dice algo así como “la virtud florece mediante la herida”. Y a mi me parece que mediante la herida, la incisión del cuchillo en el libro, es una manera de sanar y de que florezca la verdad.

Conferencia-Performance «Queridas Viejas» // Foto – www.mariagimeno.com

Tu proyecto es añadir, sumar, “engordar el libro con las mujeres”.

El proyecto se trata de sumar, de añadir artistas y de añadir páginas, en ningún caso quitar. La Historia del Arte, tal y como la conocemos, es con la que yo me he criado, igual que todo el mundo, y me fascinan muchísimos artistas. Me encantan, no los podría quitar. Pero hay que añadir, es totalmente sesgada tal y como la conocemos.

 El otro día, por ejemplo, Ana de Blas en un charla nos hablaba de “la primera pintora del renacimiento en Florencia” Plautilla Nelli, conocida por en trabajo del grupo de artistas-activistas Guerrilla Girls y expuesa ahora en colección permanente en la galería de los Uffizi.

Bueno, es que Palutilla Nelli es la pintura más importante de Florencia. Era una monja y era una pintura que en su día recibió muchísimos encargos. Vasari la menciona en su libro y de ella dice que sería tedioso enumerar sus obras, por la cantidad de obras que tenía, y que era una pena que no hubiese recibido una buena educación artística porque sería excelente. Ya es excelente, pero con sus medios.

También tenemos que cambiar un poco el canon a la hora de analizar la obra de las mujeres porque no entra dentro del canon. Ellas estaban negociando su trabajo siempre desde estrategias que no eran las del arte establecidas, aprendían de otra manera. Por lo tanto, su trabajo era distinto y no se adapta al canon. Hay que revisarlo, porque el canon no puede ser el que defina la Historia del Arte.

Es curioso que algunas no estaban ninguneadas en su época, incluso fueron importantes en el marco social de su siglo. ¿Por qué entonces no las conocemos? ¿Por qué han caído en el olvido?

La respuesta es super difícil. No la tengo, la verdad, pero creo que ha habido una domesticación gradual de la mujer, empezando en la Edad Media y terminando a mediados el s.XX posiblemente. Y ha sido gradual y poco a poco, ese meterla en la esfera de lo domésico. Cada vez que había una guerra, la mujer se tenía que poner a producir seres humanos como una loca, con lo cal había que tenerla en casa.

No te sé dar una respuesta, me la pregunto muchísimas veces. Hay un montón de factores que influyen. Creo que el hecho de haber estado relegada a la esfera íntima, doméstica y del hogar ha hecho que se separase el ámbito de lo público: las academias, los museos,…y en definitiva, el gran arte. Entonces, aunque hayan producido gran arte, sólo por ser mujeres ya se las ha juzgado también de otra manera, su trabajo. Siempre se juzga como femenino, la mano de la mujer es una mano blanda, delicada que no produce un arte vigoroso y masculino, por lo tanto.

Creo que ha sido una labor de siglos y siglos, poco a poco, hasta que en el s.XX se ha interiorizado de tal manera que se nos ha excluido por completo y seguimos anclados en la Historia del Arte del s.XX. De echo, el libro de Gombrich se acaba de reeditar por una super editorial, Phaidon, y sigue siendo el libro más vendido de Historia del Arte a día de hoy. Un libro publicado en 1950.

En esta edición no incluido a más mujeres. Gombrich hizo una reedición 16 años más tarde de publicarlo, en el 66, e incluyó a una. Y en esta edición que se vende esa artista está incluida. Es Kathe Kollwitz, del expresionismo alemán de la primera mitad del s.XX y ya.

St Catherine of Sienna de Ricci by Sister // Plautilla Nelli (1524–1588)

Volviendo a «Queridas Viejas», cómo son los inicios, el proceso creativo de la obra y su constante evolución. ¿Cómo es esa fusión de lo digital y lo analógico?

La parte analógica para mi es esencial, que es la parte de cortar el libro, que es esa parte tan visual y tan necesaria y potente para entenderlo. Luego el tema más digital es porque quiero que se vean bien las obras de las aristas. Me parece que en muchos casos, la mayoría de la gente que lo ve, no las conoce, no ha visto esas obras nunca y creo que el apoyo digital de ver las imágenes bien es una parte importante. A parte que vean escrito el nombre de la artista.

La performance es una acción directa, un corte y un mensaje claro. ¿Qué experimentas cuando vas creando un hueco para las mujeres? ¿Cómo reacciona el público?

Yo creo que la gente experimenta algo parecido a lo que experimento yo que es lo que se está haciendo está bien, que es lo justo. De alguna manera decir que “se está haciendo justicia” me da un poco de cosa, pero yo creo que sí, que te vas con la sensación de que el libro ha quedado mejor. Aunque tenga unos cortes y esté un poco dañado pero que, en definitiva, está más completo.

Como mujer artista y creadora, ¿has sentido alguna dificultad dentro del sector por cuestiones de género?

Pues directamente nunca he notado nada, pero igual que no noté que no había mujeres artistas en el libro hasta que me lo dijeron, directamente yo tampoco había notado nada. Sí que es verdad que ahora si lo pienso, analizo la obra de mis amigas artistas a las que he visto trabajar desde los tiempos de la universidad, que tienen unas trayectorias a nivel de creación fantásticas, una obra muy sólida y constante. Y veo la trayectoria profesional y a la pública y no se corresponde. Veo que hay muchos hombres con la misma trayectoria que nosotras, los mismos años de experiencia (no son todos los casos) que tienen ya varias exposiciones institucionales, catálogos….Que han tenido más oportunidades. Esa es la sensación que tengo.

Y habiendo dicho esto, en el mundo del arte en España es muy difícil para ellos también. No es exclusiva la dificultad para las mujeres. Yo creo que lo tenemos más difícil, pero que lo tenemos muy difícil todos en general. Como que faltan políticas de cultura, de apoyo y de constancia.

Me parece un proyecto magnífico, María. Muchas gracias por esa ayuda tan efectiva a concienciar y visibilizar el trabajo de la mujer. ¿Te gustaría hablar de algún proyecto en el que estés trabajando ahora?

Mi vida es “Queridas viejas”. No, no me da tiempo. Me han dado un par de subvenciones para ese proyecto. Lo que pasa es que, a parte de que llegan nuevas artistas que quieres incorporar, esto del directo es fascinante y creo que tiene trayectoria todavía. Lo que pasa es que sí que han salido piezas más objetuales, otra performance, totalmente relacionadas con “Queridas viejas” aunque distintas. Sigo trabajando en lo mismo, pero por caminos que se van abriendo.

++info: http://www.mariagimeno.com/