«Si me analizo personalmente y vitalmente, no me imagino mi vida sin música»

Desde pequeña, María Alba tenía muy claro que la música era lo que le gustaba, aunque en su familia no hubiese ambiente musical, aunque su madre se sorprendiese, María Alba quería tocar el piano. Y así comenzó todo, clases de piano compaginadas con el colegio e instituto, hasta que llegó el momento de decidir qué rumbo tomar en su vida.  se inclinó por la educación, fusionada con su gran pasión, la música. Y es que para ella educación y música siempre han ido unidos. Con la carrera de Magisterio Musical, comenzó con grupos como El Grito de Harpo, donde fue creando temas propios y aumentando su inquietud hacia la música. Siguió con esa parte de educación, dando clases, pero el hambre musical iba creciendo. Así fue caminando y formando parte de grupos como Kousa, Soul Square y El Naan.

Gracias María Alba. Por tu generosidad, por tu ejemplo y por atreverte a ser la primera colaboradora (esperamos que de muchas más) de este proyecto que comienza su andadura.

A modo de presentación, hablemos de tu trayectoria en el mundo de la música. ¿Cuándo empezaste y cómo decidiste dedicarte a la música?

Empecé a tocar con 8-7 añitos, me surgió decirle a mi madre que quería tocar el piano. Mi madre se quedó asombrada porque en mi familia no había ningún músico. Ella había tocado un poco el piano, pero tampoco había mucho ambiente musical en el entorno. Así empecé mi trayectoria musical, tocando el piano, hice la carrera de piano. Cuando acabé todos mis estudios, paralelo al cole y al instituto, seguía con el piano. Cuando tuve que decidir que hacía una carrera, no tenía nada claro qué quería hacer y vi la opción de hacer Magisterio Musical. En esa temporada todavía no había acabado la carrera de piano, y tampoco contemplaba hacer un superior de piano, así que me planteé hacer magisterio. Una vez que entré a hacer Magisterio Musical vi que me gustaba mucho y me llenaba bastante, tanto la educación como seguir con la música. Desde ahí empecé a meterme más en el ambiente musical, con el entorno de compañeros del magisterio musical (había muchos que también tocaban instrumentos). Estuve bastantes años en un coro y de ahí formamos un grupo, el primer grupo en el que he tocado haciendo versiones de todos los estilos. Formamos una especie de orquesta de verbena, pero tocando en directo. Desde ese grupo empezamos a hacer temas propios, lo que fue mi primera formación El Grito de Harpo. Y así comenzó, fue continuando la trayectoria, y cada vez mi inquietud musical iba creciendo. Seguí con esa parte de educación, empecé a dar clases y demás, pero el hambre musical iba creciendo.

Cuéntanos dos de tus proyectos más conocidos, al menos para mi, que son Kousa y El Naan.

Kousa lo tenemos ahora un poco más aparcado, pero podría decir que Kousa es el proyecto en el que yo he puesto más de mi. Es decir, en el que yo me he planteado qué quiero contar. Junto con Irene, dos mujeres que hemos pasado por diferentes bandas y diferentes proyectos, casualmente con todo hombres. Es un proyecto en el que queríamos ver qué podíamos contar las dos, yo con percusión y voz y ella con guitarra, bajo y voz, ver cómo hacer para que suene empastadito y que expresara lo que queremos contar nosotras, a qué estilo musical nos queremos agarrar, qué queremos contar en las canciones, con qué culturas nos vemos más representadas o unidas. Ese ha sido un proyecto muy bonito y en el que yo me he visto como más involucrada.

Antes de El Naan estuve con otra banda de folk, con Carrión Folk, que fue la banda con la que empecé a conocer un poco la tradición castellana. Mi madre es catalana, mi padre madrileño así que yo no he conocido la tradición a través de mi entorno. No he sentido que tenga unas raíces muy aferradas a Castilla. Con esta banda de Carrión empecé a conocer lo que era la música tradicional, lo que era el folclore en nuestra tierra. Después de Carrión Folk empecé a colaborar en el primer disco de El Naan, a entrar en el grupo. Y con El Naan, lo mismo, han ido creciendo mis inquietudes en cuanto a la tradición castellana. Considero que he empezado a aprender un montón, tanto a nivel musical como a saber apreciar nuestras raíces y a aprender a muchos niveles, a nivel personal y a nivel musical. Ahora en El Naan voy viendo qué puedo aportar. Es un grupo un poco más dirigido entre dos o tres y mi papel, no soy la cantante principal no soy una percusionista principal, pero veo que puedo ir creciendo junto con ellos. Y voy viendo qué puedo aportar, aprendiendo, estudiando, apuntándome a algún curso… Y a nivel vocal, también veo que en este estilo de música, que tampoco está muy cerrada en música tradicional castellana, también puedo aportar con todas mis otras influencias, del jazz, soul o pop. En búsqueda.

En referencia a estos dos proyectos, en El Naan habláis de lo rural, de la recuperación de la música tradicional castellana, de las músicas de raíz de todo el mundo, recuperar la memoria de los viejos saberes… y en Kousa homenajeáis a las grandes mujeres de la música…. ¿Qué objetivo tiene que tener para ti la música?

Si me analizo personalmente y vitalmente, no me imagino mi vida sin música. Veo que la música es mi medio de expresión, me ayuda mucho a expresarme. La música unida a otras artes, o la cultura en general puede abrir muchos caminos y a abrir muchas mentes. Cada vez es más interesante unir esa música al qué se quiere contar y a quién te unes es “vale, qué queremos contar con todo esto”, porque esto va a abrir muchos ojos, muchos corazones y muchas mentes. Cada vez lo veo más importante.

¿Se puede vivir de la música?

Quizás no sea la persona ideal para hablar de esto, porque también doy clases de música y quizás empecé viviendo más de dar clases, aunque empecé teniendo mis bandas. Siempre lo he visto muy paralelo en mi trayectoria. Nunca me he imaginado el estar dando clases sólo sin tocar, porque siempre ha ido unido y siempre he visto que ha ido unido muy positivamente en la educación. Realmente no he vivido de ella nunca, siempre ha sido algo complementario con educación. Pero en mi entorno cada vez tengo a más gente que son músicos y que viven de ella. Lo que me hace cada vez valorarlo más y ver lo difícil que es vivir de la música. Pero cada vez veo más claro que si se quiere se puede, no es nada fácil y el sistema no lo pone nada fácil, pero es querer y estar ahí. Hacen un trabajo constante y diario de estudio, de trabajo, de gestión, de trabajo de oficina…paralelo al curro diario como músico.  

Es cierto que puede que no vivas sólo de la música, pero al fin y al cabo, lo tuyo también es trabajar en la música.

Las veces que en los coles he tenido la opción de no dar clases de música y ser tutora de algún curso y dar lengua, mates, etc, luego, una vez probado, me he dado cuenta de que yo estoy en educación porque quiero dar clases de música, quiero enseñar a mis alumnos lo que son las artes y la cultura. Quiero que aprendan a apreciar la cultura, el arte, que tengan una visión general de qué es la música, aprender diferentes estilos, qué instrumentos existen… Cada vez me veo más como alguien que está en un centro y dice “venga, vamos a dar importancia a las artes”.

Volviendo a algunos de tus proyectos, me gustaría hablar de Kousa. Me parece muy interesante el concepto de un grupo donde son dos mujeres sonando solas que hacen homenaje a grandes mujeres como Aretha Franklin, Zaz, Concha Buika… Sois dos voces potentes acompañadas solamente de unos pocos instrumentos.

¿Te ha costado encontrar a chicas músicas?¿Ha sido un proceso consciente?

Ha sido algo que ha surgido. En el caso de Irene, éramos dos cantantes palentinas y las dos sabíamos la una de la otra, de repente surgió. Parece que nos buscamos la una a la otra, pero nos fuimos encontrando, nuestros caminos parecía que se querían cruzar. En mi entorno sí que veo que me encuentro a pocas músicas que tocan, o por lo general, he ido tocando con más hombres porque es lo que me he encontrado en Palencia. Pero cada vez voy encontrado a más mujeres que tocan. Las hay, claro que las hay, y que tocan, que no sólo cantan, porque parece que la mujer tiene el papel de vocalista y también hay mujeres que tocan. Pero no sé por qué, parece que al final hay una banda de cinco hombres y una mujer, y al final se acaban visibilizando más los hombres, que esa mujer. Y últimamente, sí puedo notar que me apetece encontrarme más con mujeres que toquen, me hace más ilusión. Este fin de semana, por ejemplo, he estado con una chica que tocaba ella sola en un pueblo perdido de Salamanca y me apetece conectar con mujeres que tienen esas mismas inquietudes y ver qué ocurre también, qué trayectoria tienen y ver cómo nos podemos encontrar musicalmente.

¿Sientes que la música nos empodera, la música te ayuda a visibilizarte como artista y creadora?

Yo veo que es mi herramienta para llegar a mi entorno. Es la herramienta con la que tengo más facilidad para expresarme

¿Cómo ves la situación de la mujer en la música? ¿Reconocida, visibilizada o todo lo contrario? ¿Crees que está cambiando?

Es algo que me planteo muchas veces, me lo pregunto a mi misma. ¿Qué pasa?,¿Por qué no estamos más visibles?¿Por qué no estamos más presentes?¿Por qué a lo largo de la historia parece que siempre ha sido el hombre como músico el que se ha dado a conocer? Y no lo sé, es una pregunta que tengo ahí. Creo que la sociedad ha dado pie a ello y todo lo que ha ido pasando a lo largo de la historia. Y que nuestro papel como madres, como amas de casa,… al final hace que el hombre coja más peso en su trabajo y parece que nuestro el trabajo va quedando a un lado.

¿Por qué crees que hay pocas mujeres que llegan a ser músicas profesionales o a ocupar puestos de autoridad en la industria musical?

Con la experiencia que yo tengo, das con más hombres. Y entonces surge de nuevo la pregunta, ¿por qué si sí que hay mujeres? Por ejemplo, ayer viendo un concierto en Salamanca, había una chica de técnico de sonido y “olé ¡una chica!”. Creo que a lo largo de mi trayectoria musical, desde que llevo tocando, era la primera vez que veía una técnico de sonido mujer. Y claro que las habrá, pero sí, ¿Qué va pasando? ¿Nos vamos quedando por el camino? Qué triste que tenga que sorprenderme, pero claro, me sorprendo porque es la primera vez que lo he visto. Y con las músicas igual, cada vez que ves una mujer percusionista aunque parece que ya va siendo más normal, es lo mismo. Ves una banda de chicas “anda mira, guitarrista, bajista o percusionista, jobar, ¡qué bueno!”. Y luego cuando nos ves en el escenario, y es buen músico, es tremenda la energía que transmitimos.

¿De quién piensas que es la responsabilidad de cambiar la situación? ¿Instituciones, programadoras, artistas, público…?

Por parte de todos, pero yo siempre pienso que el arma aquí la tiene la educación. La educación es la base, y como todo, y como toda la gente que rodea todo el sistema educativo no ponga de su parte, va a seguir igual.

Entonces, ¿cómo crees que se puede cambiar o construir un mundo de la música donde las mujeres tengan voz?

La educación y también nosotras, hacernos valer y confiar en nosotras mismas. Que hay veces que no sé si la sociedad nos ha dejado en un segundo plano y al final nos lo hemos creído y por eso nos hemos quedado en ese segundo plano. Analizándome a mí, a veces eso digo “a ver, pisa más fuerte y con más seguridad y tira para delante” porque si no, claro que te quedas ahí, en ese segundo plano. Entonces también tiene que poner de su parte la mujer, con la educación de base y estar abiertos en nuestra sociedad.

¿Crees que influye la educación, tan marcada con roles de género, en que no haya más mujeres haciendo música?

Totalmente.

¿Nos puedes recomendar artistas mujeres del mundo de la música?

Una cantante de jazz para mi de referencia es Dee Dee Bridgewater, y Concha Buika.

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