Este domingo 29 de abril, es el Día Internacional de la Danza.
Desde la primera mujer, desde el primer hombre en la Tierra. Desde una niña pequeña en su tribu de Bamako. Desde los escritos de Platón dedicados a Atenea en la Antigua Grecia. Un chamán en el Amazonas. La tía Juana en un patio andaluz del Puerto de Santa María. Un hombre con falda y gaita en los maravillosos paisajes de Irlanda. Una pareja de enamorados en la Guinguette de la Marne. Una mujer despechada en un bar de Buenos Aires, oliendo a tango. Un cowboy galopando por Texas. Una mamma italiana en la maravillosa luz de Sicilia y os podría citar más olores, más colores, más lugares todo sonaría a baile.
Desde que el Mundo es Mundo, desde que el mundo existe, la danza está presente en nuestras vidas. Aunque no sepamos bailar, aunque tengamos miedo a hacerlo siempre hemos soñado con mover los pies. Mover los pies a la velocidad de Fred Astaire, las alas como Lindsay Kemp, dar rienda suelta sintiéndonos Isadora Duncan, swinguear como Janelle Monae, taconear como Carmen Amaya, movernos milongueando con Mora Godoy, mover esa falda maravillosa de Josephine Baker o dar un salto y volar como lo hacia nuestro Rudolf Nureyev.
Los mejores terapeutas del Planeta dicen que bailar retrasa el envejecimiento. Nos abre la mente, porque la mente olvida las penas, los dolores, la soledad, el desamor. Mientras bailamos todo se mueve y la imaginación te permite viajar sin subirte a un avión. Bailando, hablamos, nos reímos, sentimos, nos emocionamos. Nuestro corazón palpita diferentemente porque la Danza es libertad. Y si hay algo maravilloso en vivir, es poder ser libre.
Cuando no puedas hablar o no quieras hacerlo, cuando estés triste y tengas ganas de gritar. Cuando tu día sea el más feliz de tu vida y quieras alzarlo a los cuatro vientos…cuando tengas infinidad de palabras que enlazar y no te salgan por la boca….cierra los ojos y baila.
El cuerpo dice, el cuerpo expresa, el cuerpo emociona y no se necesita siempre la voz, ni pronunciar nada.
El baile es universal. No entiende de idiomas, solo de sentimientos, de momentos, de personas, de recuerdos, de presente, del ahora. Del Siempre lejos, pero muy cerca.
No importa en qué lugar del Mundo estés, porque la libertad no entiende de barreras, ni fronteras, ni prohibiciones.
La danza es tu burbuja, tu refugio interior, pero quizá aún no lo sabes.
Enciende la radio, canta una canción, saca tu vinilo preferido, escucha esa casete de los Rolling Stones, grabada por tu padre o escucha el silencio……y déjate llevar.
La danza es la forma más elegante de soñar.
Feliz día, Mundo.
Lola Eiffel
Coreografa y bailarina.