Ana Villamuza: “Quiero contar que hay otras formas de contar”

La palentina Ana Villamuza presenta mañana, jueves 22 de marzo, su proyecto ‘Tejiendo la historia. Un tapiz genealógico‘ a las 17,30h en la Universidad Popular de Palencia, dentro de las actividades entorno al Día de la Mujer. Pero además, tenemos la oportunidad de visitar esta exposición hasta el 19 de abril, de lunes a viernes, en el Edificio Rector Tejerina (plaza de santa cruz, 6, Valladolid). La muestra plástica está comisariada por Mª Teresa Alario Trigueros, Directora de la Cátedra Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid.

Tal y como nos expresa la artista en el dossier del proyecto, son numerosas las mujeres han trabajado a lo largo de siglos por la igualdad de género, y esta no es una lucha exclusiva del siglo XX. Es a partir de los años 70 cuando se articula de forma más sistemática el análisis del discurso dominante y a través de la crítica feminista se desmontan los tópicos y símbolos propios del patriarcado.

‘Tejiendo la historia. Un tapiz genealógico’ es una serie de retratos a lápiz de 25 mujeres artistas, pero no solo es la condición de ser mujer lo que les hace formar parte de este proyecto de visibilización, sino su posicionamiento frente al sistema patriarcal a través de trayectorias vitales y artísticas que destilan diversas formas de subversión.

Ana Villamuza reflexiona sobre la intensa actividad que se está viviendo en los últimos años en redes sociales, fanzines, documentales, performances, seminarios, retrospectivas en algunos museos y cursos encaminados a hacer visible el papel de las mujeres en la Historia del Arte.
Sin embargo, para la artista y profesora, a pesar de toda la información nueva que nos llega diariamente a través de medios digitales, la realidad educativa sigue sin impregnarse de esa nueva forma de ver el arte y sus relatos. Y es que, los libros de texto no reflejan en absoluto esta nueva conciencia y compromiso de igualdad.

Nos encanta tu trabajo, ese homenaje a las mujeres artistas, tan invisibilizadas, tan olvidadas…¿Qué quieres contar a través de tus obras?

Quiero contar que hay otras formas de contar. De narrar, de entender las procesos creativos, las producciones de arte. Mis homenajeadas, las artistas que conforman esta genealogía, fueron pioneras en desdibujar los límites entre las distintas disciplinas y estilos y en aportar puntos de vista fuera del eje desde donde se escribía la Historia de unos pocos.

Nos resulta curioso el título…recuerda a esa labor tan unida histórica y culturalmente a la mujer ¿Por qué el título Tejiendo la Historia?

Esta conexión entre los textos de las historiadoras —que se han ocupado de documentar y narrar la historia que nos faltaba— y nuestras lecturas, me recuerda a los antiguos filandones. Esas reuniones nocturnas de mujeres, sobre todo en los pueblos del Norte, donde las tejedoras intercambiaban historias y construían espacios de cooperación y de narración.

También las obras de algunas retratadas, como Elena del Rivero, incorporan textos y tejidos que se entremezclan conformando obras de enorme fuerza conceptual.

Y por supuesto, la maravillosa Aracne, de la que nos habla Teresa Alario, y la fuerza comunicadora de su tapiz.

En ‘Tejiendo la historia. Un tapiz genealógico’ has seleccionado a 25 mujeres, en su mayoría del siglo XX ¿Por qué está selección’ ¿Te ha resultado difícil elegir a qué mujeres retratar?

Comencé retratando aquellas artistas que ya tenía como referente cuando estudiaba en Salamanca como Sophie Taeuberg, Hannah Hoch o mas recientes como Mona Hatoum, Pipiloti Rist o Sophie Calle. Pero otras habían aparecido poco tiempo antes del empezar la serie, como Hilma Af Klint o Natalia Goncharova, a las que descubrí gracias a un cartel de las Guerrilla Girls.

Cuando introduje el color y un mayor formato de papel quise dedicarles un peso especial a autoras como Käthe Kollwitz, Maruja Mallo o Gunta Stölzl.

Me he ceñido a aquellas autoras que han conformado mi particular tela de araña. Me dejo muchísimas, por ello es una selección bastante personal.

Desde hace unos años, pocos realmente, se ha comenzado a desarticular este discurso androcéntrico del arte, gracias a la labor de mujeres y colectivos que han reivindicado su lugar y oposición al sistema patriarcal ¿Crees que se ha conseguido un cambio? ¿Ha cambiado algo?

Creo que la cosa está moviéndose hacia otro lugar —somos un par de generaciones ya con la “mirada violeta” puesta— y como dice Rosa Montero, hay dos cosas que una no pierde dos veces, la inocencia y el conocimiento. Lo que parece más difícil es que las instituciones y los museos sean constantes en sus políticas de igualdad.

Y como mujer artista y creadora, ¿has sentido alguna dificultad dentro del sector por cuestiones de género? ¿Y en Castilla y León?

Actualmente no vivo del arte, vivo de mi trabajo como profesora (al que no accedí por un sistema de cooptación) y ello me permite elegir tanto los temas como las plataformas o espacios donde dar a conocer mis dibujos sin la necesidad de convertirlos en un producto para la industria cultural. Pero pienso que, posiblemente, a parte del problema de la ínfima representación en ferias, galerías de arte y museos, hay toda una serie de limitaciones interiorizadas, los discursos con los que te educas y que te condicionan a nivel identitario. La primera dificultad es haber crecido sin la mitad de nuestros referentes culturales, artísticos o científicos y convivir a diario con los mensajes sexistas de los medios de comunicación. Esto también va en la mochila.

Hace unos días, hablando con María Gimeno, nos comentaba lo curioso que era que, sin tener apenas referentes femeninos en la Historia del Arte, haya tantas mujeres en la cultura. ¿Cuáles son y han sido tus referentes?

Me vienen a la cabeza los bodegones de Clara Peeters o María Van Oosterwijck, las flores de Rachel Ruysch, las marionetas de Sophie Taeuberg, las obreras y campesinas de Kathe Kollwitz, las fotografías de Diane Arbus o Nan Goldin, la pintura de Paula Rego, los autorretratos de Paula Motherson, los monstruos de Marina Nuñez o el trabajo en ilustración de Luci Gutiérrez, Ana Juan, Carla Berrocal, Violeta Lopiz, Cinta Arribas, Francesca Ghermandi y por supuesto Noemí Villamuza.

Si hay algo más que quieras aportar, hablarnos de tu próximo trabajo o sobre algún aspecto que no hayamos tratado… Es tu momento!!

Estoy dibujando en torno a la fábula de Aracne y las aracnes del mundo. Aquellas narradoras que han sido o son censuradas por denunciar la injusticia o desafiar las relaciones de poder.

++info:
http://lasquehabitan.com/2018/03/21/ana-villamuza-2/